Obras Completas, de Robert Crumb

Hoy toca hablar de uno de los grandes. Aunque incomprendido por muchos lectores, Robert Crumb encabezó el éxito de los cómics undergroud, también llamados Comix, y la razón por la que esta página se llame Tizard Comix. El uso de este nombre también se asocia con cómics eróticos, pero este no es el caso, aunque para algunos... si lo sea.

La obra de Crumb posee una amplia variedad, en la que cabe destacar Génesis, si última obra publicada, pero voy a centrarme en sus Obras Completas, una serie de 16 tomos en los que se recopilan varias series que ha ido publicando en las revistas Star, El Víbora y  Makoki, y en tomos recopilatorios por Pastanaga Series, y como no, por La Cúpula. Todas las tiras tienen algo en común, a parte del estilo del autor, y es el carácter underground que se nota en cada una de sus viñetas.

Su estilo es aún hoy en día, innovador, con unos dibujos que representaban una estética muy personal, especialmente por la ausencia de estilización con la que extrañamente se identifican tantos lectores. Sus guiones se alejan de lo convencional, con historias cortas de carácter depresivo en las que no hay ni héroes ni villanos, ni buenos ni malos, todos los personajes son caricaturas que han pasado por el filtro de Crumb, llegando al extremo de la deshumanización, consiguiendo así que el lector no se sienta identificado con ningún personaje en particular.

De ese modo puede crear historias independientes en un universo que, aunque tiene relación con el nuestro, también tiene un carácter demasiado transgresor como para dejar a álguien indiferente. Crumb ha sido muy criticado por el movimiento feminista, por el trato que reciben las mujeres, llegando a convertirse en objetos sexuales sin capacidad de decisión, pero es solo una parte de su universo desagradable, ya que en éste, todos los personajes son desagradables sin excepción. Todas sus historias forman parte del mismo universo y podrían convivir juntas, ya que son en realidad la visión especial que Crumb otorga a la realidad.

Todos los tomos son impecables, sin reducir en ningún momento la calidad que evoca Crumb a los que ya lo conocen, y nunca, nunca, va a dejar de sorprenderos. Sus obras son más que recomendables, y tienen un puesto de honor en la historia del cómic general, aunque algunas personas que no lo conozcan puedan desecharlo sin ni siquiera darle una oportunidad.