6 may 2012

Ronin



Ronin es una de las grandes obras maestras de Frank Miller, se trata de un tomo recopilatorio de 294 páginas inspirado en el manga de Kazuo Koike y Goseki Kojima, El Lobo Solitario y su Cachorro. Aunque es de origen americano, su estilo es muy independiente, con un carácter que recuerda mucho al cómic europeo, con algunos rasgos manga sin perder el carácter épico que alcanzan los guiones de Frank Miller.

Los ronin eran samurais que habían perdido el honor y lo pagaban con una vida en soledad y sin señor, conscientes de un fracaso que les persigue hasta el fin de sus dias. El protagonista de Ronin tiene la oportunidad de redimir sus errores viajando al siglo XXI para acabar con su archienemigo, el demonio Agat, que juega un papel muy importante en este futuro bioinformatizado. A primera vista puede parecer un guión típico, pero consigue sobresalir por su originalidad, aportando una visión diferente de la ciencia ficción. Merece la pena destacar la visión de un mundo futurista desde diferentes clases sociales, donde la pobreza crece de forma paralela a la tecnología. El desarrollo de los personajes es muy variopinto, por un lado está el Ronin, impasible, con un código moral muy cerrado, y Casey, la verdadera protagonista, cuya consciencia de lo que está ocurriendo a su alrededor le hace evolucionar y salirse de los convencionalismos establecidos de los personajes femeninos.

Pero sin duda, si hay algo que merece la pena de esta novela gráfica es el dibujo, de una frescura increible, Frank Miller es considerado uno de los grandes por su habilidad de experimentar, no tiene miedo a la imperfección y consigue reinventarse cada vez que dibuja, algo que le otorga tantos seguidores como detractores. En el caso de Ronin, los personajes tienen un aspecto parecido al estilo que copnsiguió madurar con Sin City, muy visible en el diseño de los personajes, pero con unos trazos libres y un tramado muy particular que se antepone a la sencillez del dibujo.

El color de Lynn Varley adquiere una importancia que puede pasar desapercibida pero que ayuda de forma inconsciente a adentrarse en la obra. Generalmente utiliza tonos desaturados y frios que acompañan perfectamente la sensación de un mundo poco acogedor, que sobresale en algunos momentos con tonos más vivos. El azul intenso se repite continuamente en la tierra natal del Ronin, en el siglo XIII, mientras que el verde frio inunda el sistema Virgo, ese lugar bioinformatizado del futuro que ofrece la sensación de falsa protección, y por supuesto el rojo dominado por el demonio Agat.

Esta obra es muy especial, sobretodo si se adquiere en tamaño Absolute, no solo tiene un final sobrecogedor, son muchos los momentos en los que se deja al espectador boquiabierto gracias a los muchos giros argumentales. Por esto y mucho más recomiendo Ronin a cualquiera, sin importar si el lector prefiere leer cómics americanos, europeos o mangas.

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