Durante el mes de Julio, y como despedida temporal de la sección Recomendaciones, vamos a dar un repaso por las cuatro novelas gráficas de Batman que más han influido en los lectores. Empezando por los inicios del superheroe con Batman: Año Uno, de Frank Miller y David Mazzuchelli. Se trata de un cómic indispensable de 92 páginas, del mismo equipo (exceptuando el colorista) que llevó a cabo Daredevil: Born Again.
Frank Miller se caracteriza por otorgar a los superheroes un punto de vista más maduro, y en este caso no podía ser menos. En ésta novela, Batman, o mejor dicho, Bruce Wayne, comparte protagonismo con el teniende Gordon, un personaje que suele tener un papel secundario y que demuestra dar mucho juego. Hasta ahora, sabiamos que la policía de Gotham era corrupta, pero en ésta novela podremos observar desde dentro sus procedimientos para sacar tajada de cada crimen en la ciudad. Por otra parte, un joven Bruce Wayne no para de meter la pata con sus intentos de convertirse en el mítico hombre-murciélago que tanto desea ser, consiguiendo su objetivo de forma progresiva. Ver a Batman siendo pateado por unos ladronzuelos adolescentes no tiene precio. El resto de personajes secundarios tienen características muy personales que consiguen transmitir con pocos comentarios. El estilo narrativo está basado en la novela negra, un estilo "frankmilliano" que desarrolló a la perfección con Sin City, de trama pausada, dejando respirar las escenas de acción con múltiples conversaciones brillantes y escenas reflexivas que perfilarán las relaciones entre los personajes.
El dibujo de Mazzuchelli llega a este cómic en el mejor momento, ya que es más maduro e interesante. Los trazos se notan más fluidos y las sombras más representativas del universo de Batman, profundas e intensas. De día, las lineas son las protagonistas, transmitiendo escenarios luminosos y situaciones ricas en detalles, mientras que la noche se llena de sombras que acompañan al dramatismo y la corrupción de Gotham. Merece la pena destacar los fondos detallados cuya elaboración está muy cuidada, algo que ha mejorado mucho desde que Machuzzelli dibujaba a Daredevil.
El color de Richmond Lewis merece una mención especial, ya que ha sabido transmitir perfectamente la sensación de vacio existencial que ofrece la ciudad corrupta, con tonos desaturados y frios. También hay que destacar la utilización de los tres colores básicos azul, rojo y amarillo de forma saturada para transmitir diferentes situaciones sin perder la sensación de frialdad. Lewis es el acompañante perfecto para resaltar el dibujo de Machuzzelli.
Recomiendo éste cómic si al lector le gusta Batman, pero sobretodo, si nunca ha leido nada sobre el. Además de ser autoconclusiva, esta historia se podría releer infinidad de veces y seguir sorprendiendo, son pocas las veces en que absolutamente todo es perfecto, si aún no lo conoceis, preparáos para leer una obra maestra.
A parte de su evidente influencia en la película Batman Begins, éste cómic posee una buena versión cinematográfica lanzada directamente en DVD igualmente recomendable, aunque como siempre, conviene leer antes el cómic original. Os dejo el trailer de la película:
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